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viernes, 12 de julio de 2019

Wittgenstein y un silencio sospechoso

Pink le preguntó a Wittgenstein si creía que su obra como filósofo, incluso el hecho de que fuera filósofo, tenía algo que ver con su homosexualidad. Lo que estaba aquí implícito era que la obra de Wittgenstein como filósofo podría, en cierto modo, haber sido un dispositivo para ocultar su homosexualidad. Wittgenstein rechazó esa pregunta con cólera: «jDesde luego que no!»
Ray Monk, Ludwig Wittgenstein

¿Podría explicarse la cruzada de Wittgenstein en contra de las explicaciones y de las teorías éticas tomando como referencia sus inclinaciones homosexuales? Esa es la postura de Albert Levi en su ensayo The Biographical Sources of Wittgenstein's Ethics” (aparecido en la revista Telos de Nueva York, ejemplar de diciembre de 1978). Según Levi, el silencio propugnado por Wittgenstein en cuestiones éticas viene de no querer hablar de este tema, de no ventilarlo en público, por la culpa que sentía y por la vergüenza que sentiría si su entorno y sus lectores se enterasen de que le gustaban los hombres y no las mujeres. “Su filosofía moral —dice Levi— estaba construida, inconscientemente, para protegerse contra la condena moral que podía esperar que provocaran sus inclinaciones”. Su teoría ética es “la sutil estrategia de un orgulloso, aunque culpable, homosexual que se ha colocado a sí mismo, con gran perspicacia y cuidado, más allá del juicio moral de sus congéneres”. Yo no voy a tomar partido por Levi en esta disputa; tengo la sospecha de que la postura de Wittgenstein se debía más a una coyuntura social y cultural de su tiempo y lugar, que venía desprestigiando a la palabra como forma de expresión (véase la entrada del próximo pasado 10 de abril), que a un prurito propio por esconder su homosexualidad. No por esto, sin embargo, voy a menospreciar la información biográfica como fuente aclaratoria de las ideas que tal o cual pensador ha esbozado. Antes al contrario, llevo siempre como estandarte, al incursionar en terreno investigativo, las palabras que José Ingenieros escribió en su estudio sobre Emilio Boutrox y la filosofía francesa (pp. 106-7): “Las ideas de un filósofo no se comprenden leyendo y releyendo sus libros si a ello no se agrega el estudio [...] de las circunstancias personales en que fueron escritas”.

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