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viernes, 23 de agosto de 2019

Wittgenstein y la destrucción de la filosofía


La claridad a la que aspiramos es en verdad completa. Pero esto solo quiere decir que los problemas filosóficos deben desaparecer completamente.
Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, § 133

Repetía I destroy, I destroy, I destroy ... con conciencia de que con su modesto análisis del lenguaje estaba aniquilando toda la historia de la filosofía.
Isidoro Reguera, Ludwig Wittgenstein

Reflexionando sobre su propia obra, Wittgenstein inventó un tema musical en el que aparecían las palabras “yo destruyo, yo destruyo, yo destruyo” (cf. sus Aforismos, p. 62). Quería ser, como Nietzsche, una máquina demoledora, un destripador filosófico, quería romper a martillazos la filosofía tal como la conocemos desde Platón en adelante. ¿Y lo logró? ¿Destruyó algo? Según varios ingleses y varios norteamericanos, lo destruyó todo; según mi opinión, en sus manos (o en su cabeza) no tenía una maza sino el chipote chillón del Chapulín Colorado: por mucho que golpeara, la filosofía jamás acusaría el impacto.

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