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martes, 20 de agosto de 2019

Wittgenstein y la maldad de las mujeres


Viva la vida, viva la vida,
viva la vida, viva el amor.
Viva la vida y las mujeres,
que en este mundo son lo mejor
Palito Ortega, Viva la vida

No parecía entender Wittgenstein que no estamos preparados sicológicamente para vivir en sociedad sin establecer juicios de valor y afirmar la bondad o maldad de algunas cuestiones. Wittgenstein, por ejemplo, admiraba a Weininger, pero ante su afirmación sobre la maldad implícita de las mujeres, se para y grita: “Qué equivocado estaba, qué equivocado, Dios mío” (citado en RM, p. 293). Pero ¿cómo sabía que estaba equivocado? Si no se puede teorizar sobre lo bueno, tampoco se puede teorizar sobre lo malo, de manera que mal podría estar cierto de que las mujeres no son diabólicas. Yo sí puedo decirlo y lo digo, porque mi filosofía no solo me permite, sino que me intima a teorizar sobre la ética; pero Wittgenstein debería tragarse sin chistar, o al menos no negar, los postulados de Weininger.

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