Viva
la vida, viva la vida,
viva
la vida, viva el amor.
Viva
la vida y las mujeres,
que
en este mundo son lo mejor
Palito Ortega, Viva la
vida
No
parecía entender Wittgenstein que no estamos preparados sicológicamente para
vivir en sociedad sin establecer juicios de valor y afirmar la bondad o maldad
de algunas cuestiones. Wittgenstein, por ejemplo, admiraba a Weininger, pero
ante su afirmación sobre la maldad implícita de las mujeres, se para y grita:
“Qué equivocado estaba, qué equivocado, Dios mío” (citado en RM, p. 293). Pero ¿cómo sabía que estaba
equivocado? Si no se puede teorizar sobre lo bueno, tampoco se puede teorizar
sobre lo malo, de manera que mal podría estar cierto de que las mujeres no son
diabólicas. Yo sí puedo decirlo y lo digo, porque mi filosofía no solo me permite,
sino que me intima a teorizar sobre la ética; pero Wittgenstein debería
tragarse sin chistar, o al menos no negar, los postulados de Weininger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario