Entre tantos “proyectos de vida” que
sentaba por escrito Pessoa, encuentro este: “Organizar en perfecto paralelismo
mi vida práctica y mi vida especulativa, de manera que la primera nunca pueda
perjudicar a la segunda” (EEAA, p. 96). Yo nunca pude lograrlo: siempre mi
vida práctica se interpuso en mi vida especulativa --con la sola excepción del
año 1997--. Pero también me sucede lo inverso, que mi vida especulativa
perjudica a mi vida práctica, y la perjudica tanto que estoy a punto de
ingresar a un práctico colapso. Si el colapso se produce, no sé qué será de mi
vida especulativa, si recobrará vitalidad o languidecerá. Y no sé tampoco qué
sucederá con mis estados de ánimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario